El efecto de meditar regularmente sobre el estrés
14 de diciembre, 2020
En este artículo, te comparto los fascinantes hallazgos que la ciencia ha encontrado sobre el efecto que tiene el meditar regularmente sobre el nivel de estrés.
Se han llevado a cabo numerosas investigaciones para medir el cambio que la meditación tiene sobre el estrés. Entre ellas, destacan dos estudios que emplearon una prueba conocida como el “Trier Social Stress Test”, la cual fue diseñada en la Universidad de Trier en Alemania para inducir el estrés.
La prueba consiste en lo siguiente:
Imagínate que llegas a una sala donde tres jueces te están esperando, con una videocámara y una grabadora de audio.
Los jueces te dan unos cuantos minutos para que prepares una presentación de cinco minutos, explicando por qué eres el candidato/a ideal para un trabajo.
Te dan papel y pluma para organizar tu presentación, pero justo antes de que inicies, inesperadamente te quitan el papel.
Durante la presentación, los jueces te observan sin hacer ningún comentario. No muestran nada de empatía, no asienten con la cabeza, ni sonríen.
Si no usas los cinco minutos enteros para tu presentación, te fuerzan a que continúes.
Esto es seguido por un ejercicio mental de aritmética, en el cual te piden que cuentes hacia atrás, lo más rápidamente posible, desde un número como 1,548 en múltiplos de 13.
Los jueces te incitan a que hagas los cálculos más y más rápido. Y si cometes algún error, debes comenzar de nuevo, desde el principio.
Obviamente, es un ejercicio difícil que causa mucho estrés, el tipo de estrés que sentimos cuando otras personas nos evalúan, nos rechazan o nos excluyen.
Ahora bien, los investigadores Alan Wallace y Paul Ekman aplicaron esta prueba a maestros de escuela que habían tomado un programa de meditación mindfulness.
Los investigadores encontraron que, entre más horas habían meditado los maestros, la presión arterial bajó más rápidamente después de haber terminado la prueba. Más aún, estos hallazgos se mantuvieron incluso cinco meses después de concluido el programa.
En otro estudio, el Dr. Richard Davidson tomó un grupo de personas con muchos años de práctica de meditación. A lo largo de su vida, estas personas habían meditado un promedio de 9,000 horas. El estudio incluyó también un grupo de control, con personas sin experiencia de meditación.
El estudio encontró que las personas con muchos años de meditación tuvieron un incremento de cortisol menor durante la prueba. El cortisol es una de las hormonas que se generan cuando nos sentimos estresados.
Más aún, los meditadores de largo plazo percibieron la prueba como menos estresante que el grupo de control no meditadores.
Esto se explica de la siguiente forma:
En la gente que medita de largo plazo, sus cerebros tienen una mayor conectividad operacional entre la corteza prefrontal, que es la parte del cerebro que ayuda a controlar las reacciones impulsivas, y la amígdala, que es la parte del cerebro que desata estas reacciones.
Gracias a avances en el área de neurociencias, sabemos que entre más fuerte es esa conectividad operacional, es menos probable que una persona se deje llevar por la reactividad que induce la amigdala.
El Dr. Davidson repitió el estudio con personas que tomaron un curso de mindfulness. Estas personas eran principiantes, que tenían un promedio de 30 horas de meditación en total.
El estudio encontró que estas personas que apenas estaban empezado a practicar, la reactividad de la amígdala se redujo, lo cual es positivo evidentemente. Sin embargo, no se fortaleció la conectividad operacional entre la parte prefrontal del cerebro y la amígdala.
En otras palabras, la capacidad para manejar el estrés en situaciones realmente difíciles -como por ejemplo, la pérdida de un ser querido o de un trabajo-, es mayor en las personas que han estado meditando regularmente, mes tras mes, año tras año, en comparación con aquellas personas que apenas están iniciando o que meditan esporádicamente.
En otras palabras: si quieres vivir con más calma, con un nivel mucho más bajo de estrés, y poder recuperarte más rápidamente de situaciones demandantes, entonces es fundamental que medites regularmente.
No importa qué edad tengas. Empieza hoy mismo y los efectos positivos de meditar consistentemente se van a empezar a acumular en ti.
Se han llevado a cabo numerosas investigaciones para medir el cambio que la meditación tiene sobre el estrés. Entre ellas, destacan dos estudios que emplearon una prueba conocida como el “Trier Social Stress Test”, la cual fue diseñada en la Universidad de Trier en Alemania para inducir el estrés.
La prueba consiste en lo siguiente:
Imagínate que llegas a una sala donde tres jueces te están esperando, con una videocámara y una grabadora de audio.
Los jueces te dan unos cuantos minutos para que prepares una presentación de cinco minutos, explicando por qué eres el candidato/a ideal para un trabajo.
Te dan papel y pluma para organizar tu presentación, pero justo antes de que inicies, inesperadamente te quitan el papel.
Durante la presentación, los jueces te observan sin hacer ningún comentario. No muestran nada de empatía, no asienten con la cabeza, ni sonríen.
Si no usas los cinco minutos enteros para tu presentación, te fuerzan a que continúes.
Esto es seguido por un ejercicio mental de aritmética, en el cual te piden que cuentes hacia atrás, lo más rápidamente posible, desde un número como 1,548 en múltiplos de 13.
Los jueces te incitan a que hagas los cálculos más y más rápido. Y si cometes algún error, debes comenzar de nuevo, desde el principio.
Obviamente, es un ejercicio difícil que causa mucho estrés, el tipo de estrés que sentimos cuando otras personas nos evalúan, nos rechazan o nos excluyen.
Ahora bien, los investigadores Alan Wallace y Paul Ekman aplicaron esta prueba a maestros de escuela que habían tomado un programa de meditación mindfulness.
Los investigadores encontraron que, entre más horas habían meditado los maestros, la presión arterial bajó más rápidamente después de haber terminado la prueba. Más aún, estos hallazgos se mantuvieron incluso cinco meses después de concluido el programa.
En otro estudio, el Dr. Richard Davidson tomó un grupo de personas con muchos años de práctica de meditación. A lo largo de su vida, estas personas habían meditado un promedio de 9,000 horas. El estudio incluyó también un grupo de control, con personas sin experiencia de meditación.
El estudio encontró que las personas con muchos años de meditación tuvieron un incremento de cortisol menor durante la prueba. El cortisol es una de las hormonas que se generan cuando nos sentimos estresados.
Más aún, los meditadores de largo plazo percibieron la prueba como menos estresante que el grupo de control no meditadores.
Esto se explica de la siguiente forma:
En la gente que medita de largo plazo, sus cerebros tienen una mayor conectividad operacional entre la corteza prefrontal, que es la parte del cerebro que ayuda a controlar las reacciones impulsivas, y la amígdala, que es la parte del cerebro que desata estas reacciones.
Gracias a avances en el área de neurociencias, sabemos que entre más fuerte es esa conectividad operacional, es menos probable que una persona se deje llevar por la reactividad que induce la amigdala.
El Dr. Davidson repitió el estudio con personas que tomaron un curso de mindfulness. Estas personas eran principiantes, que tenían un promedio de 30 horas de meditación en total.
El estudio encontró que estas personas que apenas estaban empezado a practicar, la reactividad de la amígdala se redujo, lo cual es positivo evidentemente. Sin embargo, no se fortaleció la conectividad operacional entre la parte prefrontal del cerebro y la amígdala.
En otras palabras, la capacidad para manejar el estrés en situaciones realmente difíciles -como por ejemplo, la pérdida de un ser querido o de un trabajo-, es mayor en las personas que han estado meditando regularmente, mes tras mes, año tras año, en comparación con aquellas personas que apenas están iniciando o que meditan esporádicamente.
En otras palabras: si quieres vivir con más calma, con un nivel mucho más bajo de estrés, y poder recuperarte más rápidamente de situaciones demandantes, entonces es fundamental que medites regularmente.
No importa qué edad tengas. Empieza hoy mismo y los efectos positivos de meditar consistentemente se van a empezar a acumular en ti.
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