Los beneficios de mindfulness para maestros
Ser maestro de escuela es una labor muy noble pero al mismo tiempo, muy demandante. De acuerdo a estudios realizados en México, se calcula que los maestros dedican más de 40 horas a la semana a su labor docente.
Esto incluye no sólo el tiempo que pasan en el salón de clases, sino también el tiempo extra no remunerado invertido fuera del horario de trabajo, en tareas como la preparación de material didáctico, trabajo administrativo, atención a alumnos y padres de familia, entre otros. Al final del día, muchos maestros tienen escaso tiempo para descansar y relajarse.
A la hora de enseñar, los maestros están de pie todo el tiempo, teniendo que manejar y/o controlar muchas veces un gran número de alumnos, lo cual es evidentemente desgastante.
Particularmente en escuelas públicas, las instalaciones de los planteles escolares no son las más adecuadas. Los maestros cuentan con pocos espacios propios, como baños privados o salas donde puedan tomar un respiro.
En zonas rurales, los maestros se ven obligados a aportar el material didáctico para impartir sus clases, debido a las carencias económicas del plantel.
En el 2003, se realizó un estudio entre 300 maestros de primaria del área metropolitana de Guadalajara. Los resultados mostraron altos nivel de agotamiento emocional (“burnout”), baja realización en el trabajo y un mediano grado de despersonalización.
Otro estudio que incluyó 137 maestros de nivel primaria y secundaria en la ciudad de Colima, detectó una alta vulnerabilidad en los maestros en cuanto al estrés del rol, agotamiento emocional, despersonalización y falta de realización profesional.
Todas estas condiciones representan no sólo un problema para los maestros, sino también para los alumnos. Evidentemente un maestro estresado y agotado no puede ofrecer lo mejor de sí, afectando la calidad del aprendizaje de sus alumnos.
Si bien la problemática por la que atraviesan muchos maestros es compleja, hay estudios científicos que demuestran que la práctica de mindfulness puede ayudarles a manejar mejor y reducir el estrés, mejorando con ello la calidad del aprendizaje.
Por ejemplo, un estudio se realizó en la ciudad de Nueva York, en el que participaron 224 maestros de 36 escuelas primarias principalmente de bajos recursos.
Los maestros aprendieron mindfulness a través de un programa llamado “Cultivando la Consciencia y la Resiliencia en la Educación” (CARE por sus siglas en inglés). El programa fue diseñado como un curso de 30 horas impartido a lo largo de 4 meses. El entrenamiento incluyó técnicas para reducir el estrés, mejorar las habilidades emocionales y aumentar el bienestar de los maestros.
Los indicadores medidos antes y después del programa incluyeron niveles de bienestar, confianza en la capacidad de enseñanza, salud física y salud psicológica. Además, la calidad de enseñanza fue medida independientemente antes y después por evaluadores, los cuales no sabían qué grupo de maestros estaban observando.
Los hallazgos mostraron que el programa CARE mejoró la capacidad de atención de los maestros. Asimismo, les ayudó a manejar de una forma más positiva emociones como el enojo, ansiedad y estrés.
Los evaluadores encontraron que los maestros capacitados a través del programa CARE mostraron un comportamiento distinto en el salón de clases: sonreían más, mejoraron sus relaciones con los estudiantes, y desarrollaron una mejor habilidad para generar autoridad y control del grupo.
Más aún, mejoró el clima emocional del salón. Los evaluadores notaron una diferencia significativa en una mejor organización de clases por parte de los maestros que habían tomado el entrenamiento de mindfulness.
De acuerdo a la Dra. Patricia Jennings, autora principal del estudio, el resultado más sorprendente fue que todos estos cambios positivos se dieron entrenando a los maestros, no a los alumnos.
La Dra Jennings comentó, "Si bien deseamos que los alumnos estén atentos y tengan una educación de calidad, debemos empezar por proporcionarles a los maestros las herramientas necesarias para autorregularse y no sólo centrarse en las habilidades de enseñanza.”
Este estudio demuestra el gran potencial que tiene mindfulness para ayudarle a los maestros a reducir y manejar mejor el estrés, mejorar el entorno dentro del salón de clases, evitar el agotamiento y lograr así un ambiente más productivo para el aprendizaje.
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